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Esta es una frase que se vino a mi mente cuando pensaba en cómo me he sentido al pasar por momentos difíciles en los que he llegado a pensar que Dios se esconde de mí, dónde las situaciones me abruman y simplemente ya no doy más. Y es que en momentos así mi corazón se ha sentido cansado y la razón está en que se ha esforzado en luchar con sus propias fuerzas. Descuidar nuestro corazón es algo que ha varios nos ha pasado, pero Dios fue quién puso alma y espíritu en nosotros y en su Palabra nos dejó la tarea de cuidarlo:

 

Prov. 4:23 “Sobre toda cosa guardada, guarda Tú corazón. Porque de él mana la vida”

 

Dios como siempre nos da recomendaciones tan sabias, y esta no es la excepción, nuestro corazón debe ser cuidado y guardado porque de él mana la vida. Un corazón lejos de Dios, es un corazón que no puede ser protegido, no puede ser guardado y por tanto no puede emanar vida. Cuando enfrentamos momentos difíciles, pruebas o retos tenemos que velar porque podamos aprender de esta enseñanza que Dios quiere darnos, disponernos a escuchar su voz y a dejarnos moldear por Él. Pero al mismo tiempo cuidar ese corazón que puede verse lastimado por las pruebas.

"Mi corazón se seca"

Y esto sólo podemos hacerlo cerca de Él, es un hecho que en momentos difíciles entre todas las sensaciones que podemos experimentar, se encuentra la de sentir un corazón seco… un corazón cansado de sufrir, de luchar, y de esperar. Esta sensación puede traer consecuencias en nuestro tiempo devocional, en la oración, y en general en nuestra relación con nuestro creador. Las veces que me he sentido así, no me ha gustado porque sé que algo no anda bien, y es que Dios nos pidió que guardáramos nuestro corazón, incluso de nosotros mismos, pues si dejamos que nuestro corazón se seque ¿qué nos quedará? ¿Alguna vez, has experimentado lo que es querer un buen vaso de agua? porque sientes como la garganta está seca, ansías sentir el agua en tu boca y saciar tu sed, tal vez después de una larga carrera, caminata, de un largo día o simplemente porque tu cuerpo necesita beber agua. Dios me ha mostrado que lo mismo ocurre con nuestro corazón, un corazón sediento necesita de Él, de su abrazo y de su amor, porque si ese corazón se seca será un corazón muerto. Como dice la canción “Mi alma tiene sed de Dios” lo necesitas para vivir porque sin Él no puedes seguir. Una vez sintiéndome así clamé a Dios y le dije: “Dios mi corazón se seca sin tí, ayúdame” fue entonces cuando me llevó a recordar la historia entre Jesús y la Samaritana, cuando junto al pozo, Él le explicó a la mujer:
Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú misma se lo hubieras pedido, y él te habría dado agua viva».


El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré,
nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial
que brotará hasta la Vida eterna» Juan 4:10-15


Este texto está muy relacionado con el versículo de Proverbios 4:23, “el agua que te dará será manantial que brotará hasta la Vida eterna” La decisión que un día tomé de creer en Cristo como mi Salvador hizo que le entregará a Él mi corazón, que empezara su obra en mí, y que me diera de su agua viva. Y si tomaste esa decisión también, es importante que recordemos que también tenemos nosotros la responsabilidad y el deber de velar por ese corazón, porque es del Señor, y sí, vendrán momentos duros y difíciles pero su promesa fue que nunca más tendríamos sed, que brotará VIDA de nuestro corazón.


Yo quiero eso para mí, quiero emanar VIDA, ¿querés eso también? Él tiene el poder para restaurar y bendecir nuestro cansado corazón, porque ciertamente sólo Él puede saciar nuestra sed.

Porque es verdad Mi Corazón se seca pero sólo si estoy lejos de Él...

"Mi carne y mi corazón desfallecen pero Dios es la roca de mi corazón y mi porción

PARA SIEMPRE"

Salmo 73:26

Sofi :)

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