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​Nuestro Dios tiene diferentes nombres, en su palabra podemos conocerlo por varios, pero lo más importante es que cada uno de ellos tiene un significado especial.

Jireh es uno de ellos, este quiere decir: "Jehová proveedor", y esto lo aprendemos en Génesis 22 cuándo Abraham enfrenta una gran prueba pues Dios para comprobar su fe le pide que en sacrificio ofrezca la vida de su hijo, su único hijo.

Contextualizando recordemos que Abraham era un hombre mayor que anhelaba con todo su corazón tener un hijo y Dios le prometió que así sería pero su tiempo llegó hasta que fue un hombre muy mayor: 100 años de edad. Dios cumplió y bendijo la vida de Abraham y su esposa Sara con Isaac el esperado hijo, y el principio de la promesa cumplida de Dios de que su descendencia sería tanta como las estrellas.

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¡Confía, Jireh proveerá!

​En este tiempo la forma de pedir perdón a Dios por los pecados era por medio de sacrificios, ofreciéndole el mejor de los carneros puro y sin mancha como un acto de arrepentimiento, pues aún no había venido Jesús, quién acabó con esa distancia que nos separaba de Dios y por quién hoy por hoy si lo aceptamos como nuestro Salvador somos salvos.

 

Sin embargo, antes esta era la forma que Dios estipuló y Abraham era un hombre que procuraba ser obediente a Dios, por lo que muy de mañana Abraham caminó hacia el monte junto con su hijo sin decirle que él sería a quien sacrificaría. 

Pensemos en cómo pudo haberse sentido Abraham en ese momento: Isaac era el hijo que siempre espero, tanto él como su esposa lo amaban profundamente, pero no sólo eso, si Isaac moría entonces la promesa de descendencia ¿Cómo iba a poder cumplirse?

Un momento difícil, puedo imaginar todo lo que Abraham sintió en ese momento, era absurdo pero Dios lo ordenó, y a pesar del dolor que pudo sentir, este hombre tomó una decisión: ¡CONFIAR EN DIOS! Y esa confianza lo llevó a obedecer, al punto que ató a su pequeño hijo, lo colocó en el altar y cuándo iba a clavarle el cuchillo para acabar con su vida, la voz de Dios desde el cielo le dijo a Abraham:

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"No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.

Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová Jireh. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.

Génesis 22:12-14​

 

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Jehová JIREH, Dios cumplió y se encargó de proveer el carnero para el sacrificio, quién si no Él puede proveer todo, Abraham definitivamente es un hombre que enfrentó una gran prueba, pero su obediencia y confianza lo llevaron a crecer en Dios y a que le bendijera en gran manera.

 

Quizás esta historia te la sepas de memoria o tal vez es la primera vez que lees sobre esto, pero lo que podemos afirmar es que Dios fue fiel a Abraham, mantuvo su palabra y aún cuando todo parecía indicar que no había de dónde encontrar recursos Él proveyó, él cumplió.

Y esto que pasó con Abraham lo vemos en diferentes ejemplos de la Biblia, como cuándo Jesús multiplicó los panes y peces (Marcos 8:1-8) o cuándo dió agua al pueblo de Israel (Números 20:1-13) y en todos concluimos que en estos momentos Él fue fiel, y dio en su tiempo lo que necesitaba su pueblo, lo que hacía falta.

Así mismo Él sabe cuál es tu necesidad hoy: económica, material, de salud, espiritual, laboral, emocional... ¡Dios lo sabe! Y si de algo podemos estar seguros y seguras es que de esta necesidad Él tomará control y si se lo permites te enseñará cosas que no puedes imaginar y que serán parte de su plan para cumplir en tu vida su propósito.



Es natural que que esta situación puede generarte estrés, molestia, tristeza, ansiedad o angustia...porque somos humanos pero hay dos opciones la primera es dar lugar a todas estas emociones que al final terminarán alejándote de Dios; y la segunda es que aún con estas debilidades puedes buscar a Dios, Él conoce tu necesidad pero también desea escucharte que lo necesitas a Él más que a nada. Por eso es necesario que puedas entrégarte con todo: con temores y angustias, que le busques y CONFIES con alma y mente que ÉL puede hacer todas las cosas.



Pero aquí hay un punto importante también y es que Dios probó a Abraham: le pidió a su hijo como ya repasamos en su historia, así que te pregunto ¿qué te está pidiendo Dios? y me incluyo ¿qué nos está pidiendo Dios a cada uno de nosotros? A veces nos pide nuestra carrera, nuestro trabajo, nuestra pareja, nuestros "amigos" o nuestras dudas... ¿A qué debemos renunciar para confiar sólo en Él? 

La mayoría del tiempo queremos que Él cumpla, que Él haga, que Él bendiga y es cierto, lo prometió y ¡por su puesto que cumplirá! Pero ¿y nosotros?

Contestar esto lleva tiempo y trabajo, pues nuevamente podemos escoger: seguimos igual esperando que Él cumpla "lo que le toca" como si fuera su obligación, o nos acercamos a Él y le preguntamos ¿Qué quieres enseñarme Dios con esto? decirle "Dios ayúdame, ya sabes lo que necesito, lo que anhela mi corazón..."

Yo, ¡me quedo con la segunda opción! porque el mismo Dios que respondió a Abraham, y el que transformó el agua en vino, quien hizo que de una roca saliera agua y el que alimentó a miles de personas con 5 panes y 2 peces es el mismo que nos escucha y el mismo que ha visto por tu vida y la mía hasta el día de hoy.



​No sé cual sea tu necesidad, pero sí sé que si le das la oportunidad a Dios de estar en tu vida y de trabajar en ella, Él velará porque nunca te falte nada, he podido ser testigo de ver a Dios proveyendo techo, recursos, comida, dinero, consuelo, paz ¡Todo!

Pero la clave está en confiar en Él y esta es una decisión de todos los días, que nos lleva a buscarlo, a leer su palabra, a pasar tiempo con Él, a ofrecerle cada una de las áreas de nuestra vida, y a creer ciegamente que Él es todo lo que necesitamos.

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Una de mis canciones favoritas dice: "Una cosa sé, y es que encontré todo lo que necesito en tu eterno amor" Si tienes a Dios Él proveerá, y aunque él ya conoce tu necesidad cuéntale cuáles son esos sueños, esos deseos, esas angustias que hay en tu corazón. Pregúntale también si hay algo a lo que debes renunciar. Porque así es cómo podemos trabajar en nuestra fe: cerca de Él, así es como podremos confiar en su promesa, entonces creámosle y busquémoslo porque Él verá por sus hijos hasta el final.


Por eso ten la certeza que sea lo que sea y venga lo que venga: ¡Jireh proveerá!



"Dios mío,
tú eres todo lo que tengo;
de todo corazón
quiero obedecerte y agradarte.
¡Cumple tu promesa y dame ánimo!"

Salmos 119:57-58

 

Sofi :)

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Sofía Tinoco Torres
 

 

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