Cuando me he encontrado pasando una prueba difícil he experimentado diferentes etapas, y la desesperación ha sido una de las más largas. Desesperar, es una palabra compleja, incluso esta tiene muchos sinónimos algunos de ellos son: temer, desconfiar, DUDAR. Entonces no sólo se trata de la prueba misma sino de cómo esta puede afectar nuestra relación con Dios, puede ser en sentido positivo: acercándonos a Él, rindiéndonos a sus pies, reconociéndole como el único que puede ayudarnos a atravesar dicha prueba y sobre todo a estar dispuestos a que se haga tal y como sea su voluntad; o de manera negativa, alejándonos de nuestro Padre, dando espacio a la duda, al tormento y a todos esos sinónimos que mencionaba antes.

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La pregunta es ¿Qué quieres para tu vida? Dios prometió no dejarte solo NUNCA, y en momentos duros como estos es cuando más puedes sentir su abrazo, su apoyo y su amor, tomemos como ejemplo a Jonás quién atravesó una gran tormenta y exclamó:

“Desde mi angustia invoqué al Señor, y él me respondió; desde el seno del Abismo, pedí auxilio, y tú escuchaste mi voz” Jonás 2:2​

Tal vez en este momento sientas que estás en el seno del Abismo, que esta prueba es más fuerte que tus fuerzas, y sí, ¡así es! en nuestras fuerzas no podremos ganar la batalla, pero hay alguien más fuerte que esa prueba, que este abismo en el que te sientes ahora, y es nuestro Dios.

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Él es la esperanza en medio de la desesperación, es tu refugio en medio de la tormenta, quién está con los brazos abiertos y esperando ansioso a que decidas dejarte por completo en sus manos para completar la obra que Él empezó.
No puedo decirte que no será difícil, pues solemos ser muy tercos y queremos luchar en nuestras propias fuerzas, pero aunque estés pasando por un momento duro quiero decirte que “¡Sí hay esperanza!” la hay y esta prueba formará un espíritu firme, que saldrá a flote porque Dios cuidará de vos y de mí, el verá por nosotros, solo tenemos que CREER.

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Dios previendo como siempre a nuestras necesidades, nos dejó herramientas que ayudarían a que en esta lucha nos mantengamos en pie: la Oración, un arma firme que nos ayuda a descargarnos en nuestro Padre, a llorar, a contarle que nos pasa, a agradecerle por su fidelidad, a pedirle perdón por nuestras dudas y por nuestra desconfianza. ​

“Orad sin cesar” 1 Tesalonicenses 5:17-18;

 

​También escucha su voz, Dios te habla de diferentes maneras no sólo en nuestro tiempo devocional, también por medio de personas, de pensamientos, no dejes de congregarte ni de compartir con las personas que Dios ha puesto en tu vida para que sean de bendición: tus pastores, tus hermanos en Cristo, tu familia… “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros…” Hebreos 10:25;

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Estudia su palabra pídele a Dios la sabiduría que necesitas para entenderla, ahí encontraremos la mejor enseñanza para nuestra vida. Y sobre todo piensa que quiere Dios que aprendas de este duro momento, Él levantará tu cabeza porque eres su Hijo y Él quiere lo mejor para los que le aman.

Así que aunque todo parezca gris y la desesperación insista en acompañarte, Dios no te dejará solo nunca, porque Él es el que abraza tu corazón cuando este siente que ya no puede más, Él es la esperanza en medio de la desesperación… y recuerda:

 

“Porque la tribulación produce paciencia, y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”​

Romanos 5:3-5

Sofi :)